Factores familiares protectores y de riesgo en el consumo de drogas en adolescentes.

Se realizó un estudio transversal, cuantitativo con el objetivo de verificar los factores familiares protectores y de riesgo relacionados al consumo de drogas en adolescentes, considerando los patrones de interacción que se desarrollan en las familia, sus grados de adaptabilidad y vulnerabilidad.

 

En este estudio participaron 80 adolescentes de género femenino, de I a IV año de enseñanza media, que respondieron un cuestionario.

 

En este estudio se establecieron los factores de riesgo y protección de mayor relevancia que estarían influyendo en la situación, tales como patrones de interacción, grado de adaptabilidad, modo de afrontamiento de los problemas, recursos de la familia y valores.

 

Es así que se éste señala que los factores de mayor riesgo fueron el modo de enfrentar los problemas, y dentro de éstos, la falta de apoyo religioso y la búsqueda de apoyo profesional, conjuntamente con las dificultades de comunicación intrafamiliar.

 

Los de menor riesgo en cambio fueron los valores, como el esfuerzo personal donde le 97% de los encuestados expresó que alcanzar un alto nivel de estudios es muy importante en su vida y el 98% de ellos indica que realizarse en el trabajo escogido es de gran importancia.

 

Los resultados en general de este estudio también refuerzan la idea de que la familia se define como elemento central en la prevención del consumo de drogas y los procesos de sociabilización familiar son importantes, pues constituyen la base de predisponentes como son las actitudes, la personalidad, el autoconcepto, los valores y las habilidades de comunicación en los adolescentes.

 

Este mismo estudio señala que las variables del ámbito familiar que más frecuentemente se relacionan con el consumo de drogas por parte de un miembro de la familia, son un clima familiar negativo (estrés, negatividad, rechazo), un conflicto familiar excesivo (hostilidad), excesivo proteccionismo y falta de comunicación entre otros.

 

Las conclusiones también apuntan a señalar que es menos probable que un menor que reciba la oferta de probar una sustancia como el alcohol o el tabaco, lo haga, si la familia a la cual pertenece es altamente cohesionada.

 

Para conocer más sobre este interesante estudio revise el siguiente PDF .

 

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